BESO DE LUNA
Entre nubes de plata
y un cielo brillante.
Con tibios reflejos
la luna acaricia.
A una mujer ,
de suave y delicada piel.
Fría cuál mármol, toda ella tirita.
Pretendiendo al universo... su dolor esconder
Dolor que ella calla,
más no puede ocultar,
la tristeza en su mirada,
sin pretenderlo... la delata.
Dolor que cala tanto
que en dureza , su ser convirtió.
Más la luna,
en su bonanza.
Rasga en ella
el velo de disimulo, que la cubre,
dejando al descubierto.
un tierno corazón.
Sensible y rebosante
del más grandioso amor.
Que por protegerse, en coraza,
dura se reviste.
Más noble es
y sabe amar,
sin titubear
Como el que más.
Dejando
en sus
adentros
fluir besos cuajados
de rocío...
En cada gota que como
un elixir de sus tristes, ojos brota.
Dulce miel de amor
que presta ella borra.
Luz de plenilunio
suave luz interior.
Una luz que ella
anida muy dentro de sí.
Que algunas veces
ella oculta y calla.
En la soledad
De su vivir.
No, no se queja,
pues a la vida,
dichas inmensas,
debe agradecer.
De grandes riquezas
la ha vestido,
tesoros invaluables,
Sonrisas de niños.
No conoce de rencores,
y a menudo,
tal vez disculpa y perdona...
Demasiado pronto
La luna conmovida,
de tan hermosa criatura.
Con inmenso amor,
que en ella deposita.
Bajo a la tierra,
sin dudar un instante,
a con un beso rozar,
sus tiernas mejillas.
Sonrosadas,
aterciopeladas,
de dulce miel,
revestidas.
Delicia que
ha saboreado
¡Sueño!
¡Y anhelo logrado!
Hermoso augurio,
de que nada pasa,
desapercibido
Al grandioso universo… y a Dios.
Rocio Aguilea Ortiz Pech
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Agosto 2016