En mi humilde humanidad se, que, así como la naturaleza después de un invierno
reverdece y florece, así nosotros como seres humanos, cada día tenemos la oportunidad de enmendar nuestros errores y tratar
de ser mejores. No importa cuantas veces te hayas equivocado, nadie vino a esta
vida sabio, la sabiduría se alcanza equivocándoce y aprendiendo de
esos errores. Tal vez te tilden de ingenuo o tonto, pero en lo personal
prefiero que piensen de mi lo que deseen que envenenar mi alma con rencores y
odios. Nadie tiene la vida comprada y cualquier dia de estos dejamos de estar aquí, me gustaría pensar que estoy preparada para no dejar cuentas
pendientes al partir.
Rocío Ortíz
Noviembre 2012